sábado, 7 de noviembre de 2015

Implementaciones tecnológicas que han afectado positiva y negativamente a nuestra sociedad

Las consecuencias sociales de esta nueva forma de organización social que es la Sociedad Informacional son:”
“1. La dualización social debida a la fragmentación del mercado laboral y al reparto desigual del trabajo entre la población potencialmente activa. Según explica André Gorz en la Metamorfosis del trabajo, existe un 25% de la población activa empleada en trabajos cualificados, de carácter estable y a tiempo completo. Es lo que Michael Piore denomina segmento superior del mercado de trabajo (Toharia, 1983), frente al segmento inferior, caracterizado por la inestabilidad de los trabajos y la baja cualificación. André Gorz afirma que el 50% de la población activa ocupa los peldaños más bajos de procesos altamente mecanizados, expuestos a las fluctuaciones del mercado, con poca o nula capacidad de sindicación y, por tanto, sujetos a la discrecionalidad del empresario, con quien mantienen relaciones personales. Además, están los desclasados o excluidos, según la terminología que se utilice, que según Gorz son el 25% restante.”
2. La dualización educativa. [Barreras para la formación completa para grupos sociales, que suponen exclusión] (…).”

   La desigualdad socioeconómica y étnica

La `sociedad informacional´ no sólo significa una revalorización del conocimiento y un uso intensivo de las TIC: también genera un aumento de las desigualdades sociales, si no existe una intervención decidida para atajarlo. Francisco J. Díez Palomar y Iolanda Tortajada (CREA), hablad dos dualizaciones, la social y la educativa.  La dualización social es debida “a la fragmentación del mercado laboral y al reparto desigual del trabajo entre la población potencialmente activa” (Díez Palomar y Tortajada, 1999), existiendo una segmento poblacional de alta cualificación y otro segmento inferior de baja cualificación caracterizado por la inestabilidad laboral y la amenaza de exclusión social. Con esta dualización social se relaciona la dualización educativa:
“Al ser el conocimiento el elemento central del nuevo tipo de sociedad, la educación se erige en el factor más importante. Se alarga la escolarización obligatoria y media de la población. Las personas acceden a tramos de la enseñanza antes reservados a las élites sociales y culturales del país. Sin embargo, aún existen barreras de acceso a los estudios que impiden a las personas que no poseen las credenciales necesarias seguir los cursos de formación que les interesan. En la Sociedad Informacional la dualización educativa se entiende en términos mertonianos: quien ha pasado más tiempo en las aulas (o siguiendo un cursos de formación) tiene más oportunidades que aquellas personas que no han podido seguir una trayectoria académica. Esto es lo que Robert K. Merton denomina `efecto Mateo´”
(Díez Palomar y Tortajada, 1999)
Si nos referimos más en concreto a las TIC, será necesario tener en cuenta que, dejadas a las fuerzas el mercado, como señala Jordi Adell, acrecientan las diferencias sociales (Adell, 1997), por lo que la educación y los poderes públicos tienen un imprescindible papel que jugar:
“La educación en la sociedad de la información ha de ser un factor de igualdad social y de desarrollo personal, un derecho básico y no únicamente un producto de mercado. Los grupos de alto riesgo en términos informacionales, los infoparias, han de ser objeto de acciones positivas por parte de los poderes públicos. Debe evitarse que las nuevas tecnologías acrecienten las diferencias sociales existentes o creen sus propios marginados. ¿Están nuestras centros educativos preparados para afrontar la parte que les corresponde de este desafío? ¿Estamos formando niños y jóvenes para el futuro?”
(Adell, 1997)
Según Manuel Castells (Castells, 2001b), los estudios, aunque no concluyentes, parecen indicar que el ambiente cultural familiar de los niños y niñas más desfavorecidos dificulta la capacidad de procesamiento de la información, en un contexto donde esta capacidad resulta crucial:
“Las diferencias en la capacidad de aprendizaje, en simi­lares condiciones intelectuales y emocionales, guardan relación con el nivel cultural y educativo de la familia. Si se confirmaran dichas tenden­cias y, en ausencia de las adecuadas medidas correctoras, el uso de Inter­net, tanto en la escuela como en el ámbito profesional, podría contribuir a que crecieran las diferencias sociales basadas en la clase social, la edu­cación, el género y el origen étnico. Esta podría constituir la dimensión más importante de la divisoria digital que está emergiendo en los albores de la era Internet.”
(Castells, 2001b, p. 288)
Así, el círculo tendería a cerrarse: si las nuevas tecnologías dualizan socialmente, la escuela, si no interviene decididamente, ayudaría a reproducir tal desigualdad al dificultar el acceso al conocimiento de los sectores situados en los amplios márgenes de la `sociedad informacional´. Será necesario, en definitiva, tanto luchar por una sociedad más igualitaria en el contexto sociopolítico como trabajar contra la dualización educativa en la escuela, uno de cuyos componentes es un acceso al conocimiento que aproveche o no las nuevas tecnologías y sus modos de funcionamiento
 A diferencia de lo que ocurría hace con anterioridad , en la sociedad actual resulta bastante fácil para las personas acceder en cada momento a la información que requieren (siempre que dispongan de las infraestructuras necesarias y tengan las adecuadas competencias digitales; en este caso: estrategias para la búsqueda, valoración y selección de información). Debemos luchar contra la tradición porque en el colegio nos enseñan a memorizar pero no a hacernos preguntas. Por eso resulta un reto complejo porque el que pregunta se convierte en protagonista activo que construye su conocimiento en la búsqueda de respuestas. En cierta manera es tan sencillo, todos estamos capacitados para hacernos preguntas, no hace falta esfuerzo físico, una mente privilegiada ni estatus económico sino el mínimo de inteligencia que todos los humanos tenemos y un poco de imaginación. Es el camino para tratar de ampliar el ámbito de las cosas que sabemos y apropiarnos de las que no sabemos. La pregunta es el punto de partida, el disparador. Sin embargo en realidad seguimos obsesionados en medir la inteligencia usando criterios artificiales que arrojan poca luz sobre este espinoso asunto. El aprendizaje natural del ser humano parte del modelo del aprendiz, se aprende haciendo, cometiendo errores, reflexionando sobre las causas y rectificando para buscar soluciones, casi siempre con ayuda de alguien más experimentado.
La conclusión es muy simple: Para aprender es fundamental tener objetivos que alcanzar, metas que cumplir. Y por tanto es imprescindible la motivación y el interés. Primero la práctica, la acción, luego la teoría. Parece sencillo pero no lo es. Cualquier intento de facilitar el aprendizaje, por los medios que sea, que no parta desde los intereses, las preocupaciones, las necesidades de aquellos a quienes va dirigido, está condenado a tener problemas.